Por Imam Juan Suquillo

Latinoamérica el terruño de las nuevas generaciones de musulmanes en occidente.

Veinte años atrás cuando decidimos con mi esposa y un grupo de hermanos musulmanes fundar el primer Centro Islámico reconocido oficialmente por el gobierno Ecuatoriano, jamás pensé que este decisión sería la semilla edificadora de una nueva identidad naciente en Ecuador: El Musulmán Latinoamericano.

Interpretando la marca de identidad de las jóvenes generaciones que han transcurrido en estos años en nuestro Centro Islámico, se puede colegir con certeza, que el Musulmán Latinoamericano no pertenece al estereotipo del musulmán inmigrante en Latinoamérica, pues su pertenencia geográfica es el suelo Latinoamericano, su religión es el Islam, las pinceladas de sus rasgos culturales pertenecen, en gran parte, a la del hispano- hablante de Latinoamérica.

Latinoamérica se vislumbra como el terruño de las nuevas generaciones de musulmanes en occidente, quienes rechazan la mentalidad “auto excluyente” que prevalece en ciertos recientes grupos migratorios de musulmanes asentados en occidente y que probablemente, debido a cargas culturales, falta de idioma y preparación adecuada, se introvirtirtieron formando gethos religiosos.

Latinoamérica será percibida a futuro cercano, como el terruño natural para todo musulmán que anhela el respeto a su creencia, que rechazar la segregación e intolerancia religiosa. Latinoamérica desconoce el fenómeno de la Islamofobia, ampliamente experimentado en Norte América y Europa. Cuyas culturas pueden contribuir con elementos democráticos, libertades e igualdades que necesitan ser reforzadas en América Latina.

Ciertamente los Principios Islámicos emanados del Corán y la autentica Sunnah constituyen un factor contributivo esencial para forjar la solida identidad del musulmán en Latinoamérica, quien definitivamente necesita mejorar en su espectro moral, ético, con una gran dosis de auto estima proveniente de la honra y dignidad que Dios Todopoderoso le ha otorgado como ser humano.

Por cierto que hemos honrado a los hijos de Adán, y les hemos facilitado los medios para transitar por la tierra y por el mar; les hemos proveído de cosas buenas y los hemos preferido por encima de muchas otras criaturas. Sagrado Corán 17:70

Geopolíticamente, Latinoamérica ha logrado consensuar últimamente avances significativos en cuanto a la integración de sus pueblos y la calidad de vida de sus habitantes, a sus vastos recursos naturales. A estos antecedentes se suma el factor aglutinante de su único idioma, el español, hablado por más de 580 millones de habitantes; colocándole a este continente a pocos pasos competitivos de culturas emergentes de la actualidad: India, Sudáfrica y China.

El segundo punto que debe remarca la identidad del Musulmán Latinoamericano, es su rol como “Ansar”- ayudante protagónico de una hermandad bien entendida. Así como su rol de no identificación con prejuicios y nacionalismos provenientes de agitadores de otras latitudes, cuyo proselitismo religioso y la práctica de su fe, distan diametralmente.

Tercero, el Musulmán Latinoamericano debe ser un individuo renovado moral y espiritualmente, que busca el equilibrio en sus acciones – producto de su compromiso y encuentro inminente con Allah SWT. en la Otra Vida. Al mismo tiempo, el Musulmán Latinoamericano debe ser desde el inicio un ente integrado a las actividades productivas, educativas, de la sociedad a la que pertenece, con una independencia económica que le permita tener un solo discurso.

Cuarto, el Musulmán Latinoamericano no siente pertenecer a ninguna minoría religiosa o racial, pues contribuye en términos de igualdad – con sus congéneres ciudadanos – a la construcción de la sociedad civil. Además, está en condiciones de defender los valores más caros que la Patria así lo demande.

Final e independientemente, si esto complace o no a ciertos grupos o individuos… el Islam es parte de la realidad histórica de Latinoamérica. Los registros históricos no puntualizan fechas y citaciones, más bien ellas se difuminan en el tiempo y el espacio, pero jamás se puede negar el carácter moldeador – con la llegada de musulmanes inmediatamente después de Cristóbal Colón – en el mestizaje latinoamericano.

Lingüísticamente, más de cuatro mil palabras de origen árabe se usan a diario en el léxico del hispanohablante. La Ciencia social que estudia el comportamiento familiar y sus roles protagónicos, hallan mayor asidero en las similitudes de la familia en Latinoamérica con el concepto familiar en el Islam.

Arquitectónicamente, el arte Mosaico, torres que semejan minaretes, cúpulas de iglesias presentes en Quito, Lima y México, forman parte de la herencia Musulmana (780 años) en el Andaluz, innegable en Latinoamérica, por sus edificaciones, testigos mudos de lo que pudo ser asiento de las sociedades musulmanas, ampliamente reprimidas por el brazo ejecutor de la Santa Inquisición en Latinoamérica. Pero hoy, en los albores del nuevo milenio, estos mismos elementos se revierten en un despegue fulgurante sin retorno, precisamente para que el Islam y los musulmanes sean parte definitiva de la realidad Latinoamericana.

Imam Dr. Juan Suquillo
Director del Centro Islámico del Ecuador – Mezquita “Assalam”