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Jan - Mar 2008, Other

Cumbre Países Árabes – América del Sur (ASPA)

Cumbre de Ministros de Relaciones Exteriores de los Países Árabes – América del Sur (ASPA)

Por Fernando Bazán

http://www.cemoc.com.ar/aspa2008.htm

CEMOC

Treinta y cuatro representantes de naciones de América del Sur y de los países árabes se reunieron en Buenos Aires los días 20 y 21 de febrero en el Palacio San Martín, sede protocolar del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.

La reunión se enmarcó en la continuación del diálogo institucional abierto entre ambas regiones durante la Cumbre de Brasilia de 2005. En aquella oportunidad los puntos sobresalientes de la “Declaración de Brasilia” fueron el apoyo al reclamo palestino por la salida de Israel de los territorios ocupados y se exigió “el desmantelamiento de las colonias, incluidas las del Este de Jerusalén”, además de reconocer “el derecho de los pueblos a resistir la ocupación extranjera”.

La “Declaración de Brasilia”, suscripta por los 24 países participantes, instaba a la Argentina y Gran Bretaña a buscar una solución en torno a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur.

Además de los reclamos territoriales y apoyos diplomáticos, la Cumbre de Brasilia dio el puntapié para un incremento del intercambio comercial entre ambos bloques con un notable desarrollo en esta área.

La ronda de Buenos Aires fue también preparatoria de la próxima Cumbre de Presidentes que se desarrollará en Marruecos este año. Intentó acercar las posiciones para un mayor crecimiento del intercambio comercial entre estos dos grandes bloques. También marcó el inicio de las consultas a nivel diplomáticos de las posturas en América del Sur sobre qué posición tomarán los diferentes Estados frente a la declaración de independencia de Kosovo y cómo esta afectaría el status de los intereses argentinos en la cuestión de las Islas Malvinas.

Intercambio comercial

Brasil, la mayor economía del MERCOSUR, encabeza el intercambio comercial con la Liga de Estados Árabes que alcanzó los 14.000 millones de dólares en el 2007; comparado con 5.000 millones de dólares en el 2003 antes de la primera cumbre de presidentes de los dos bloques en el 2005.

Entre 1997 y 2004 el comercio entre ambos bloques regionales aumentó 40 %. Las exportaciones a los países árabes se incrementaron en ese período un 60 %, resultando en un saldo de balanza comercial positiva para el bloque sudamericano.

Por su parte, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) firmó el acuerdo de preferencias arancelarias para abrir camino a negociaciones comerciales más amplias. El MERCOSUR está desarrollando un comercio dinámico y creciente con los países árabes a los que exporta entre otros: carne, pollo, minerales ferrosos, aceite de soja, maquinarias, café, azúcar de caña, papel, entre otros productos que representan más de 2.000 millones de dólares al año. En tanto, compra petróleo y sus derivados, algodón, textiles, frutas secas y otros productos por unos 1.500 millones de dólares.

En la primera cumbre América del Sur- Países Árabes, Brasil delineó las fronteras de una nueva geografía de petróleo e inversiones. Sudamérica recibía los colosales capitales de las monarquías petroleras del Golfo y los países árabes se abrirían a multinacionales como las brasileñas Vale do Rio Doce (minería), Petrobras (petróleo) o Embraer (aeronáutica).

“Los bancos árabes tienen mucho dinero en sus arcas para el mercado sudamericano de 300 millones de personas; todos necesitamos tecnología independiente y en el sur de América hay carne y cereales para todos, es un mundo nuevo que tenemos que compartir”, señaló en Brasilia el líder de la Liga Árabe Amr Moussa. Petróleo por alimentos parece ser la fórmula principal de un eje que lo tiene todo para armar una sociedad casi perfecta.

Brasil se ubica en el liderazgo con el 80 % del comercio exterior con sus socios árabes. Los 22 miembros de la Liga Árabe importan alimentos por casi 150 millones de dólares al año, lo que conviene al bloque sudamericano, uno de los mayores productores de alimentos del mundo. En el 2005 sólo 3,5 % de las exportaciones de América del Sur se dirigía a los países árabes y solo el 1,5 % de las importaciones sudamericanas tenían origen árabe y la meta desde la Cumbre de Brasilia es revertir esta tendencia.

En el caso de Argentina, la segunda mayor economía de la región, el comercio global con los países árabes fue de 3.197 millones de dólares en el 2007, frente a los 1.683 millones del 2003.

“Si bien las estructuras de nuestros sectores productivos difieren, eso no es un obstáculo sino un incentivo. Los contactos son cada vez más fluidos y los intercambios han crecido y pueden hacerlo mucho más si exploramos todas las posibilidades,” dijo el canciller argentino, Jorge Taiana.

Terrorismo y Territorios Ocupados

La Liga Árabe logró un apoyo en esta materia, de las naciones sudamericanas, que se sumaron al “rechazo a la ocupación extranjera ilegal” y reconocieron “el derecho de los Estados y pueblos a resistir” dicha ocupación. En el mismo tono manifestaron “su fuerte respaldo al multilateralismo y a los principios de la Carta de las Naciones Unidas” para la solución de estos conflictos, citados en los artículos 15 y 16 de la Declaración.

Si bien en la Declaración se omitió mencionar los Estados que violaban las normas internacionales la Declaración final igualmente contiene una mención explícita al Estado de Israel, pues le exige que se retire “de todos los territorios árabes ocupados” y se repliegue a las fronteras existentes al 4 de junio de 1967, cuando estalló la Guerra de los Seis Días. También reclama el desmantelamiento de los asentamientos israelíes en territorios palestinos y del cuestionado muro de separación.

Con respecto a la situación de Irak, el canciller saudita Saud Al Faisal, realizó una diferenciación: “La de Israel es una ocupación con asentamientos en territorios palestinos, mientras que en Irak hay un gobierno elegido por el pueblo que debe pedir el retiro de las tropas extranjeras”, afirmó.

También se sumó una vez más a la Declaración – en el artículo 13 – un pedido expreso para que la Argentina y Gran Bretaña reanuden las negociaciones, a la mayor brevedad posible, para encontrar una solución justa, pacífica y duradera de la disputa por las Malvinas. Expresaron además que la inclusión de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur como territorios asociados a Europa en el Anexo II, Título IV “Asociación de los Países y Territorios de Ultramar” de la Parte III del Tratado que enmienda el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea no resulta compatible con la existencia de una disputa de soberanía sobre dichas islas.

Otro hecho significativo es la adopción del artículo 8 que señala una condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y rechazando cualquier vinculación entre el terrorismo y un pueblo o religión, grupo étnico o cultura específicos. Deciden, además, fortalecer la cooperación entre las dos regiones en la prevención y lucha contra el terrorismo a través del intercambio de información entre las autoridades y organismos competentes de cada país.

Conclusiones

La Cumbre de Buenos Aires llegó en momentos particulares de la escena política de ambos grupos regionales que tienen fuertes demandas y específicas necesidades internas a las que deben dar respuesta en el corto plazo.

Por parte de la Liga Árabe, la situación cada vez más deteriorada de los palestinos y la crisis humanitaria desatada en la Franja de Gaza junto al fracaso al menos hasta ahora de lo acordado en Annapolis; la frágil estabilidad libanesa y los problemas para elegir un presidente que hacen pensar en inestabilidad a corto plazo; la realidad iraquí que no termina de encontrar un rumbo fijo y que cada vez depende más de la estabilidad que le proporcionan las fuerzas militares norteamericanas y sin dejar de lado la creciente influencia shiita pro iraní que ha aumentado su base de adherentes e influencia política son algunos de los problemas que enfrentan los miembros de la Liga.

Por el lado de los países sudamericanos, la falta de energía es la constante de las economías que plantean un creciente desarrollo económico pero que carecen de los recursos energéticos para afrontarlos.

La idea de avanzar en los intercambios de apoyos diplomáticos a las diferentes causas regionales (Palestinos, Malvinas, terrorismo, etc.) puede plantearse como un medio de acercamiento para las verdaderas cuestiones de fondo como son los crecientes intercambios comerciales a los que debe sumarse Argentina de manera más activa.

América del Sur ha desarrollado una oferta de materias primas y alimentos que los países árabes necesitan cada vez más y, por su parte, estos países poseen los recursos energéticos que las industrias y economías regionales sudamericanas necesitan con suma urgencia. Es menester plantear como política de Estado – dentro del MERCOSUR – un intercambio de los diferentes bienes regionales con los países árabes como una solución para colocar los productos en nuevos mercados y es también una alternativa a la futura escasez de insumos energéticos dentro del bloque sudamericano.

©2008. Fundación Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC)